jueves, 21 de mayo de 2009

Tras el laaargo parón debido a asuntos personales que tampoco vienen al caso, he vuelto con más fuerza de la que empecé.
No se me ocurre obertura mejor a este segundo acto del blog que una de mis cavilaciones televisivas. Espero que la disfrutéis.


Declaración de los 11 puntos

  1. Se debe terminar con las productoras oligárquicas en nuestra televisión. Que la programación no dependa de los cuatro productores anclados en sus tronos inamovibles obstaculizando una y otra vez el progreso de la programación. Las decisiones en la creación de programas y series y de la distribución de la programación deben quedar en manos de un consejo que cuente con representantes de guionistas, programadores, productores, directores, técnicos, miembros de la cara visible (actores, presentadores, etc.), etc, impidiendo así que quede en las manos tiránicas y déspotas de productores sin escrúpulos.
  1. Se debe ofrecer una programación con criterio y sentido crítico. La lucha por las audiencias no puede hacernos perder la prioridad de la televisión: convertirla en una herramienta de información sana, espectáculo ausente de protagonismos estériles, transmisión de arte y valores críticos.
  2. Debe huirse del miedo y la morbosidad. Se respetarán la intimidad y la sensibilidad de las personas, ya sean personajes públicos o personas involucradas en algún tipo de suceso. De la misma manera no se dará ni un palmo de terreno a los oportunistas sin sensibilidad ni sentido común.
  3. Se respetará la libertad de expresión y de burla. Este derecho será prioritario siempre i cuando no se pretenda ningún ataque deliberado a ningún individuo, excepto aquellos que atenten contra la integridad de personas que se mantengan al margen de estos conflictos.Queda totalmente justificada la réplica. El humor es el humor, pero si alguno de los aludidos se siente ofendido tiene el derecho inalienable de contestar al autor de la burla.
  1. Se debe evitar la politización de las cadenas. No podemos permitir que el mundo político se adueñe de los contenidos, convirtiéndolos en herramientas de manipulación de masas por parte del poder, ni siquiera en las cadenas públicas.
  2. Fomento de la cooperación internacional. Es algo que se debe fomentar mucho más. Entre cadenas del mismo país i de países diferentes. Aprovechar las riquezas de cada país en este ámbito (presupuestos, guionistas, ideas, escenarios, etc.) i aunarlas en favor de una televisión de mayor calidad.
  3. Se ofrecerá un servicio informativo de calidad. Las noticias serán ofrecidas por los servicios informativos pertinentes conducidos y dirigidos de forma objetiva por profesionales cualificados. No podemos permitir que las noticias sean llevadas por personajes que se auto imponen títulos que no tienen.
  4. La publicidad no pasará jamás por delante de la programación. Se contarán con un máximo de 2 bloques publicitarios por cada hora de programa, con una duración máxima de 5 minutos por bloque.
  5. Todo el mundo puede participar del funcionamiento de las cadenas. Des de sugerencias, quejas o propuestas y guiones para programas o series. Todas las peticiones serán atendidas con respeto i las respuestas serán emitidas en un plazo digno, dando una explicación entendedora de las decisiones tomadas sobre ellas.
  6. Respeto a la infancia. Se ofrecerá un espacio reservado a una programación adecuada para mentes infantiles. Educativa i entretenida, sin despreciar los conflictos y sueños de niños y jóvenes, protegiendo sus bloques de contenidos más dirigidos a mentes adultas.
  7. Respeto al espectador. No se infravalorará ni despreciará la inteligencia de los espectadores con contenidos que escondan estafas o falsas expectativas. La televisión debe ser una herramienta que estimule la curiosidad, el sentido crítico y la inteligencia de su audiencia, y jamás se debe permitir que ningún presentador o programa juegue a ser Dios manipulando la vida de la gente según sus elitistas perspectivas.

Estos 11 puntos no pretenden ser los Mandamientos de la televisión. Son solo las bases, la punta del iceberg de lo que debería ser un medio para las masas conducido por las masas.

Somos conscientes de que algunos de estos cambios llevan consigo cambios en el sino de nuestra sociedad. Cambios que de darse lo harían de forma lenta, pero muchos de ellos están listos para que luchemos por su realización. Paso a paso y día a día podemos construir una televisión entretenida, estimulante y ante todo digna para nosotros y nuestros hijos.